Te vi y el aire huyó de mis pulmones.
El oxigeno en él voló lejos y se perdió
más allá de las nubes en algún lugar
donde mi mente reposaba plácidamente.
Te vi y el planeta frenó en su viaje.
"El sol puede esperar", habrá pensado
a la par que todo alrededor se hacía humo
creando un espacio vacio que nos separaba.
Te vi, tan cerca y tan lejos a la vez
y maldije todas las veces que callé
negando la posibilidad de materializar
la voz dormida en el sonido de mis latidos.
Te vi y la lluvia y el sol se unieron
mientras una sensación agridulce llegó
y, luego de morir y nacer dentro de mi,
pude ver que realmente no estabas aquí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario